Blogia
Introducing Maya: 3D for beginners

Ejercicio mental

Se me ocurre escribir un poco para limpiar mi mente ocupada en pensamiento circular e inútil. Suele funcionar. Aunque sólo sean unas líneas abstractas en este absurdo diario digital que no es ni fú ni fá. Un porro y un té con leche, ritual matutino dulce y seco, siempre es agradable. No sé si leer o salir. No sé si irme o quedarme. No sé nada y me recuerdo - ¡no seas tonta!- que nunca nadie sabe nada. Trato de aplicar la meditación racional, la única de la que parece capaz mi cabeza amueblada al estilo colonial, por decirlo en la manera en que se les ocurre a mis dedos según tecleo, es decir, con toques exóticos pero claramente occidental.

Lo de la meditación racional no es mío. Lo dijo el Dalai Lama una vez que le ví. Era septiembre u octubre, recuerdo que aún hacía calor, hace casi dos años ya. Una universidad de provincias le daba un premio en Madrid. A la concordia o similar. Conseguí una invitación. Era a las once de la mañana en un salón de actos pequeño, en una institución neutral de nombre largo. Los periódicos hablaban de las presiones chinas que impedían un recibimiento oficial acorde al personaje. Reinaba Aznar en España. El Lama dijo cosas maravillosas y sencillas con sonrisa de niño. Me gustó.

Yo estaba confusa, como ahora. Había dejado una vida -trabajo, amigos- que se me complicaba demasiado antes del verano. Salí de allí como pude, apaleada pero entera y libre: llevándome tantas cosas aprendidas, consciente de haber apostado a grande. Después, me había reencontrado tórridamente con mi pasado sexual durante un paréntesis de algunos meses de calor y sudor. Afrontaba el otoño sola y sin expectativas de ningún tipo. Aquel día retrasé una entrevista de trabajo para poder ver al Lama. Llamé desde el móvil al que hoy es mi jefe y, paseando por un parque, le dije que iría más tarde. Aceptó, pero tenía prisa y me lo hizo saber, aún me acuerdo. Aquel día escuché al Lama, hice la entrevista, me dieron el trabajo.

Y me pregunto por qué mis pensamientos me llevan hasta este lugar. El principio de un ciclo que no sé si cerrar. Mejor me voy a la calle a pasear y a escuchar música. Hace sol y esta tarde hay un plan divertido. Creo que seré figurante en la grabación de un video musical sobre una fiesta aburrida que se salva con la llegada de un tipo más gracioso que los demás.

Bueno.

1 comentario

xnok -

Nunca nadie sabe nada, pero nunca pasa nada. Sí que vivir es elegir, como dicen ahora algunos carteles de cine, pero no es elegir bien, ni cerrar ciclos, ni abrir puertas, ni piernas, ni cerrar ventanas. Yo me atrevo a decir desde la ligereza del que no decide, que quizás un golpen de viento, de amor, o de suerte (que no es lo mismo) te saque cuando menos te lo esperes de tu pensamiento circular, y entonces solo recordaras los paseos, la música y quizás las fresas con nata. Hagas lo que hagas será lo mejor. Allá donde vayas llevarás tu luz.